martes, 11 de junio de 2013

CAPITULO 2

                                               CAPITULO 2
El ruido sordo y hueco lo ha producido la caja, Niall. Eso es lo que te dejo. La encontré en el sótano y la cogí cuando nuestras cosas ya no cabían en el cajón de mi mesilla. Además pensé que mi madre podría encontar algunas de ellas, porque le gusta fisgar en mis secretos. Así que metí todo en la caja y esta dentro del armario, y encima amontoné algunos zapatos que nunca me pongo. Cada uno de los recuerdos del amor que compartimos, los tesoros y despojos de esta relación, como la purpurina en los desagües cuando un desfile ha terminado, toda arremolinada contra el bordillo. Voy a tirar la caja entera de nuevo en tu vida, Niall, cada objeto tuyo y mío. Voy a tirar en tu porche, Niall, aunque es a ti a quien estoy tirando.
El ruido sordo y hueco me hará sonreír, lo admito. Algo poco habitual últimamente, ya que en los últimos tiempos he sido como Aimeé Rondelé en El cielo también llora, una película francesa que no has visto. Interpreta a una asesina y diseñadora de moda que solo sonríe dos veces en todo el metraje. La primera, vuando sacan del edificio al matón que liquidó a su padre, pero no estoy pensando en esa vez. Es en la del final, cuando consigue por fin el sobre con las fotografías y, sin abrirlo, lo quema y sabe que todo ha terminado. Recuerdo la imagen. El mundo vueve a ser lo que era, es lo que dice su sonrisa. Te quise y ahora te devuevo tus cosas, las saco de mi vida como a ti, es lo que dice la mía. Sé que no puedes imaginarlo, tú no, Niall, pero talvez si te cuento la histoia la entenderás esta vez, porque incluso ahora quiero que lo comprendas. Ya no te quiero, por supusto que no, aunque todavía quedan cosas que mostrarte. Sabes que me gustaría ser directora de cine; sin embargo, tú nunca fuiste capaz de ver las películas que surgían en mi cabeza, Y  por eso, Niall, POR ESO ROMPIMOS.